15 noviembre 2022
Auditorio
La violencia vicaria sobre los hijos e hijas es una forma más de violencia contra las mujeres. Promover la reflexión conjunta y sensibilizar sobre los graves efectos que tiene en los menores el que sean utilizados como medio para agredir a sus madres es uno de los objetivos de la jornada de formación “Violencia Vicaria: Los hijos e hijas como instrumento para ejercer la violencia sobre las mujeres” que tuvo lugar el 15 de noviembre en Deusto.
Organizada por la Comisión de Igualdad del Colegio Oficial de Psicología de Bizkaia, en colaboración con la Facultad de Ciencias de la Salud la la Universidad, este simposio pretendió poner sobre la mesa una realidad que los profesionales de la Psicología se encuentra en su día a día. Se trata de tomar conciencia del fenómeno, sus manifestaciones y consecuencias, sin olvidar las derivadas legales que implica. De ahí, la necesidad de sensibilizar sobre esta forma de violencia entre los operadores jurídicos que intervienen en los procesos jurídico-legales de violencia de género.
Víctimas directas
No fue hasta 2015 cuando se empieza a considerar a estos menores como víctimas directas de la violencia de género y desde 2013 se empiezan a incluir las víctimas mortales en las estadísticas anuales del Observatorio Estatal de Violencia contra las Mujeres. Desde entonces, son 47 los menores víctimas mortales, una cifra que muestra la punta más dramática y cruel de este tipo de violencia. El impacto sobre los menores y sus madres son múltiples y afectan a su desarrollo evolutivo a veces de forma irreversible.
Sobre todos estos temas se habló en una jornada que inauguraron el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Iñaki Subijana; la diputada Foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada; la concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Bilbao, Nekane Alonso; la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, María Carrasco; y la decana del Colegio de Psicología de Bizkaia, Begoña Rueda.
Según señaló la diputada Teresa Laespada, la Diputación atiende en su servicio de atención psicológica a 141 menores víctimas de violencia doméstica, unos datos en los que se observa una importante desigualdad por sexos, ya que 113 son niñas y 28 niños. Y entre los casos de maltrato que sufren, remarcó que la "violencia vicaria es la más dolorosa, la más cruel y despiadada, porque busca hacer daño a la mujer a través de los niños, a los que quiere con toda su alma". Además, este tipo de ataques solo pueden hacerlos los hombres.
Por su parte, Nekane Alonso señaló que las instituciones debemos hacer autocrítica y poner más énfasis en la protección de los menores, "empezando por reconocer que un maltratador nunca puede ser un buen padre. En este sentido, Begoña Rueda considera necesaria la implicación de todos los poderes públicos. Al respecto, Iñaki Subijana, remarcó que la violencia vicaria tiene una "protección reforzada, dado que es una violencia distinta y presenta elementos específicos que justifican esta protección, a veces a través de sanciones agravadas o de medidas cautelares".
Tras esta presentación, profesionales del mundo de la Psicología y del Derecho explicaron los pormenores de la violencia vicaria, sus aspectos psicológicos y su impacto en el desarrollo evolutivo de los y las menores, así como los aspectos jurídicos-legales de la violencia vicaria y sus consecuencias. Asimismo, analizaron las diversas pautas de intervención psicoterapéutica y promoverán el trabajo multidisciplinar en el abordaje de las consecuencias sobre los hijos e hijas.