18 septiembre 2024
Campus Bilbao
La Universidad de Deusto acogió el pasado 18 de septiembre la presentación del estudio 'Detección precoz, con perspectiva de género, de participantes con conductas de juego de riesgo o más graves', desarrollado por UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, con la asistencia técnica del Instituto de Drogodependencias de Deusto, gracias a la financiación del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 y la colaboración del Instituto de Adicciones de Madrid Salud y la Asociación Alacrán 1997.
Este trabajo analiza los factores que contribuyen al inicio, mantenimiento y desarrollo de un trastorno de juego en jóvenes, teniendo en cuenta la realidad y motivaciones de chicos y chicas. Para llevarlo a cabo se ha utilizado una metodología cualitativa y se han tenido en cuenta testimonios de jóvenes y de los equipos profesionales que trabajan con esta población.
El objetivo es poder realizar una detección temprana, diseñar acciones y políticas preventivas que respondan a la realidad de la juventud y favorecer el acceso a los recursos de atención ante posibles casos de juego problemático. Además, se subraya la necesidad de que estos factores se tengan en cuenta a la hora de desarrollar políticas públicas y de salud.
Durante la jornada de presentación del estudio que llevaba por título ‘Detección de casos de juego problemático en personas jóvenes: claves, análisis y reflexión’, el presidente de UNAD, Luciano Poyato, recordó que según datos del Informe sobre adicciones comportamentales y otros trastornos adictivos, desarrollado por el Plan Nacional sobre Drogas en 2023, el 21,5% de los estudiantes, de entre 14 y 18 años han jugado con dinero online y/o presencial en los últimos 12 meses.
En este sentido, apuntó que, aunque pueden parecer meros datos, detrás de ellos hay personas con nombre y apellidos, en la que el juego no solo impacta en su salud mental y emocional, sino también en sus relaciones sociales, su rendimiento académico y su futuro profesional.
Nerea Antia Vinós, asesora del Departamento de Salud del Gobierno vasco, defendió que “la prevención y la intervención en adicciones y en conductas problemáticas nos exige trabajar en conexión con la realidad y en un estado de permanente adaptación”. Por ello, resaltó cómo el Plan de Adicciones de Euskadi, de acuerdo con las cifras de crecimiento de las apuestas entre la población vasca según el último diagnóstico elaborado por el gobierno autonómico, “emplaza a reforzar la atención integral de las personas con conductas problemáticas vinculadas al juego, haciendo todo ello con perspectiva de género y con perspectiva de la vida”.
Por su parte, Mikel Arana, director general de Ordenación del Juego del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, destacó iniciativas como UNAD, la primera investigación realizada a partir de la línea de subvenciones de Ordenación del Juego, señalando que la elaboración de la normativa «requiere de herramientas técnicas que permitan fundamentar las decisiones regulatorias» en bases y datos sólidos.
También puso el foco en la perspectiva de género, en la medida en que la mayor proporción de hombres que juegan frente a las mujeres que lo hacen no debe obviar todos los condicionantes de género que subyacen a la conducta de juego. Según las estadísticas que maneja la Ordenación del Juego, «del total de 1.637.831 personas con cuentas activas en portales de juego online, el 83,38% son hombres y el 16,62% son mujeres», explicó Mikel Arana.
El rector de la Universidad de Deusto, Juan José Etxeberria, cerró las intervenciones inaugurales señalando que 'la educación y la investigación deben ir de la mano de la acción social', por lo que, en relación con el tema que aborda el estudio de la UNAD, es 'crucial' con una iniciativa de este tipo 'identificar y abordar los factores que en ocasiones conducen a conductas problemáticas' en relación con el juego de azar. Discurso completo
Principales conclusiones
Patricia Martínez, experta en Género, Consumo de Drogas, Adicciones y Violencia y autora del estudio, y Álvaro Moro, director del Instituto Deusto de Drogodependencias, fueron los encargados de presentar la investigación. Explicaron que existen factores de riesgo individuales, socio-relacionales y sociales a la hora de desarrollar un juego de riesgo, problemático o incluso patológico, y que existen diferencias entre chicos y chicas. En este sentido, señalaron que los chicos están más presentes en los juegos de azar y las chicas en el bingo.
Añadieron que los sesgos cognitivos detectados en los discursos de chicos y chicas abordan cuestiones muy diferentes, apareciendo en mayor medida el aspecto económico del juego en los chicos y la mayor influencia de la habilidad y el aprendizaje para influir en el azar en las chicas. Otros factores de riesgo individuales son la impulsividad, característica de los jóvenes, muy en consonancia con el juego online por su fácil accesibilidad e inmediatez en los resultados, y las emociones de activación y excitación que provoca el juego tanto en chicos como en chicas.
En cuanto a los factores de riesgo socio-relacionales, los investigadores señalaron que, para los chicos y chicas, lo más cercano es el mundo del juego y, en concreto, los locales de apuestas. De hecho, conciben que acudir a estos lugares los fines de semana y en grupo es una opción más dentro de la oferta de ocio.De hecho, consideran que participar en el juego, en persona y en grupo, sirve para socializar y para alcanzar un estatus o una posición valorada por ganar.Concretamente, en el caso de los chicos, también se hace referencia a la presión social que ejerce el grupo a la hora de apostar.
Contexto social
En cuanto al contexto social, el estudio señala la normalización de la cultura del azar y del riesgo como un contexto que también rodea e impregna el comportamiento de la población joven.Aquí han jugado y juegan un papel muy importante todas las estrategias publicitarias del juego, que tradicionalmente han asociado el acto de apostar con las emociones, la idea de ganar dinero o el estatus del que presumen algunos personajes públicos, como tipsters y youtubers en general, y que son altamente influyentes en los jóvenes.
Además, el hecho de que las redes sociales sean también un canal donde se promociona el juego las hace más accesibles a una generación nativa digital, de tal forma que incluso los videojuegos con dinámicas como las cajas de botín también contribuyen a introducir la ludopatía a edades más tempranas. Todo ello, según los investigadores, conduce a una baja percepción del riesgo entre los jóvenes, aunque las chicas muestran mayor empatía y cercanía con las personas que han desarrollado algún tipo de problema relacionado con el juego.
En cualquier caso, las conductas de riesgo son asociadas por los chicos con el gasto y la disponibilidad de dinero, mientras que las chicas dan más importancia a la frecuencia de juego o a las alteraciones que el juego acaba provocando en la persona. En lo que sí coinciden tanto hombres como mujeres es en que la percepción social de una mujer con problemas de juego es peor que la de un hombre debido a la normalización de las conductas problemáticas en los chicos y no tanto en las chicas, así como a la concepción generalizada de las mujeres como más precavidas.
Entrar en el juego
En lo que se refiere al juego, las investigaciones demuestran que los jóvenes prueban suerte de forma legal cuando alcanzan la mayoría de edad con el fin de ganar dinero rápido y emular el discurso publicitario o a alguien de su entorno cercano que tenga una experiencia positiva al respecto. Así, las posibles ganancias iniciales refuerzan la fe en la probabilidad de seguir ganando de forma que, cuando aparecen las pérdidas, el sistema de juego comienza a exigir inversiones cada vez mayores para recuperarlas, lo que acaba generando una habituación que lleva, especialmente entre los jóvenes, a pensar más en términos de inversión y a explorar nuevos espacios de juego además de consolidar otros.
Se puede consultar el estudio completo aquí.