El profesor Gaizka Camarón y la humanización de la medicina

Charla de Gaizka Camarón

08 enero 2025

Campus Bilbao

La Asociación de Personas Jubiladas de la Universidad de Deusto Pedro Fabro celebró el 10 de diciembre la tercera charla de su ciclo de conferencias sobre salud integral titulada ‘La humanización de la medicina’ que ofreció el profesor Gaizka Camarón. El ponente, docente del grado de Medicina, comenzó su charla hablando de la importancia de ser médico que considera es una forma de vida.

Si bien es cierto, según apuntó, que el médico necesita un conocimiento técnico adecuado, así como ciertas competencias y habilidades, como, por ejemplo, avidez por el conocimiento o destrezas para adaptarse, así como desarrollar las competencias de pensamiento crítico, trabajo en equipo y manejo de la incertidumbre. Sin embargo, considera que “también de vital importancia las competencias humanísticas, como el saber ser y estar”.

Porque cree que cuando no se pueda curar “siempre se puede cuidar y esto siempre es posible”. En este sentido, el médico necesita sentir compasión lo que no significa sentir lástima, sino, “la capacidad para acercarse con sabiduría a la persona que sufre”. A estas cualidades añade la necesidad de la simpatía que “es sentir por alguien”, la empatía que “es sentir con alguien” y la compasión que es un paso más ya que “sentir con alguien” y requiere de un esfuerzo y un compromiso. En su opinión, es “el pilar de la medicina humanizante”.

Dentro de la relación médico-paciente, el profesor Camarón señaló que hay distintos modelos: el paternalista -el inicial y paternalista- en el que el médico decidía por el paciente; el interpretativo-informativo en el que se ofrece al paciente toda la información y éste decide; y el deliberativo, que es más de simetría moral y se trata de un diálogo de valores y emociones entre médico y paciente.

El conferenciante asegura que hoy en día se percibe una deshumanización de la medicina, que ocurre cuando el médico ve al paciente sin ninguna emoción. Por ello, hoy más que nunca, es importante hablar de la humanización de la medicina. Humanizar es personalizar la atención, recordando que detrás de cada enfermedad hay una persona viviendo una experiencia.

En esta forma de ejercer la medicina, la relación con el otro es clave “hay que compartir con amabilidad y empatía” y se trata de un encuentro entre personas, respetando la historia personal del paciente, su intimidad, sus decisiones y su entorno familiar para así, poder proporcionar cuidados de una manera digna, con respeto y empatía. “O, dicho de otro modo, ponerse en los zapatos del otro, escuchar al otro, hacerse cargo de la humanidad de las personas. Gregorio Marañón decía que no había enfermedades, sino enfermos”, detalla el médico.

Al respecto, Gaizka Camarón enumeró distintas herramientas humanizadoras:

- La palabra: el poder de la palabra en la sanación puede ser el mejor medicamento.

- Los gestos: dar la mano, tocar, llamar por el nombre, tratar con respeto.

- Arte de cuidar – comprender: compresión de la persona, su enfermedad y del paciente

Para él, cuidar exige, en primer lugar, comprender pues hasta que no te pones en los zapatos de la persona, no se puede ver la perspectiva del otro y hay una pérdida de identidades. Así, opina que es crucial la longitudinalidad en la atención: el poder mantener al mismo médico de familia durante muchos años, lo cual ha demostrado lo siguiente:

- Disminuye en un 30% la asistencia a urgencias

- Disminuye en un 28% las hospitalizaciones

- Disminuye en un 25% la mortalidad

En palabras de Jorge Front: “la vida no se puede alargar, pero siempre se puede ensanchar”. Hay que tener en cuenta, puntualiza Gaizka Camarón, que la humanización de la medicina no es una moda, viene del Juramento Hipocrático, de la Antigua Roma, de las medicinas asiáticas, etc. pero en el siglo XVIII los avances científicos y tecnológicos en el campo de la medicina se dejó de ver al paciente como un ser integral y comenzó a faltar un enfoque humano.

Por todo ello, la humanización de la salud es un cambio profundo en actitudes y procesos. Los pacientes sienten miedo al diagnóstico, soledad, frialdad, dolor, perdida de privacidad, dificultad para entender las instrucciones, incertidumbre, etc. Los profesionales de la salud también tienen dificultades, como, por ejemplo, una carga creciente, gran responsabilidad, escaso tiempo con el paciente, falta de apoyo social, coste emocional, falta de realización personal

En definitiva, si se puede curar a un paciente, se le cura y si no se puede, se le cuida, se le acompaña. El cambio evidentemente comienza en la universidad. La Universidad de Deusto, por ejemplo, en la admisión, se le pregunta al estudiante para qué quiere ser médico y no por qué. También se les enseña que la bata es un símbolo de servicio. La metodología utilizada es la del “Aprendizaje Basado en Problemas” (ABP) y los docentes son profesionales en activo. Tienen prácticas desde primero de carrera, así como simulación clínica. Se insiste que el trabajo en el área de salud es un trabajo en equipo e interdisciplinar. Tienen contacto directo con pacientes, competencias en cuidados, prácticas internacionales para poder ser profesionales para el mundo. El itinerario de prácticas es la de cuidar más allá del diagnóstico.

Las instituciones deben comunicar empatía, una cultura de respeto y compasión. "Ser médico -terminó Gaizka Camarón- es un privilegio que te invita desde la vocación y te compromete desde la responsabilidad a cuidar. Ser médico no te hace persona, pero ser humano te hace ser mejor médico”.

Este año, el ciclo de conferencias, organizado por la Asociación Pedro Fabro presenta una visión integral, aunando diferentes áreas del conocimiento para buscar una perspectiva compartida, integrada y colectiva de lo que llamamos salud. Las charlas se organizan en diversas fechas entre octubre a mayo, siempre a las 11:30 horas en la Sala Garate, impartidas por profesionales, investigadores y voces expertas de diferentes disciplinas tanto de la Universidad de Deusto como de otras universidades.