19 junio 2024
Campus Bilbao
Las situaciones de abuso de diverso tipo (autoridad, conciencia, sexual, etc.) que han aflorado en el entorno eclesial en los últimos años hacen necesario estudiar la existencia de dinámicas y estructuras que deben detectarse y desactivarse.
Por todo ello, en el marco del proyecto de investigación académica “Jordán”, impulsado por la provincia de España de la Compañía de Jesús y las universidades jesuitas (UNIJES), el Espacio Maldonado de Madrid acogió del 5 al 7 de junio el I Congreso Internacional Jordán 2024 que, bajo el título "El abuso en la Iglesia: causas estructurales y posibles vías de solución desde el diálogo de la teología con otras disciplinas", reunió a más de 300 personas de 27 países del mundo para, a través del diálogo interdisciplinar entre la teología y otras ramas de conocimiento, elaborar propuestas de prevención y sanación, buscando contribuir en la generación de una cultura del buen trato y una ética de la conducta pastoral en la Iglesia.
Entre ellas, participó también personal docente e investigador del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, que forma parte del equipo interdisciplinar del proyecto en el área de filosofía y ética: Jonatan Caro, como miembro del comité ejecutivo, y Cristina Pena y Galo Bilbao, miembros del comité organizativo.
En la sesión inaugural, el provincial de España, Enric Puiggròs SJ, reconoció la dualidad de sentimientos de inquietud y tristeza que vivía ante la celebración de este congreso, ya que era una buena ocasión para ensanchar la sensibilidad hacia esa realidad y reconocer el gran dolor provocado, además de dar un paso adelante desde la ciencia para sacar a la luz los abusos a erradicar, y tomar fuerza, como Iglesia y Compañía de Jesús, del reto existente con las víctimas supervivientes. Reconoció también que a veces no se sabe cómo y cuándo pedir perdón para no convertir esa petición en revictimización, algo en lo que todavía “falta mucho por hacer”.
Sin duda, este congreso marcó nuevas etapas en el largo camino de la sanación de las heridas a las víctimas y la prevención de los abusos en el seno eclesial.